[Acción y efecto de educar. Crianza, enseñanza y doctrina que se da a los niños y a los jóvenes. Instrucción por medio de la acción docente]
Los controles disciplinarios de la actividad se sitúan entre todas las investigaciones sobre la maquinaría natural de los cuerpos; el comportamiento y sus exigencias orgánicas van a sustituir poco a poco la simple física del movimiento. El cuerpo, al que se pide ser dócil, hasta en sus menores operaciones, opone y muestra condiciones de funcionamiento propias de un organismo. El poder disciplinario tiene como correlato una individualidad no sólo analítica y “celular”, sino natural y “orgánica”.
[Michel Foucault_Vigilar y castigar]
Crítica al sistema
El sistema encierra, despersonaliza y re-socializa a los que le amenazan. El sistema penitenciario encarcela a los delincuentes; el sistema sanitario cura a los enfermos; y el sistema educativo instruye a los jóvenes. Cárcel, Hospital y Escuela son las instituciones totales, los brazos ejecutores del sistema. Los lugares que controlan y castigan en pro del equilibrio. Institución legitimada por la sociedad, total porque no hay forma de escapar de ella (siempre y cuando uno se incluya en una de esas poblaciones amenazantes).
La juventud sinónimo de búsqueda de identidad, ingenuidad, rebeldía…se muestra como peligro para el régimen establecido. La juventud propensa a salirse del camino tiene que vigilarse. Una visión crítica del sistema educativo, lo describe a éste sin los recursos y herramientas (metodología) para controlar a los jóvenes de hoy. Ahí está, desde mi punto de vista, el quiz de la cuestión. Este hecho se presenta, de forma inteligente, en la última película del francés Cantet.
Crítica a la integración
El sistema sobrevive siempre que se circunscriba en un marco de homogeneidad. Los mecanismos que sustentan dichos límites hablan de integración. Por ejemplo, el sistema carcelario permite que el delincuente cumpla el castigo y se re-integre en la sociedad de la cuál fue expulsado. La Escuela, al igual que la Cárcel, provee al joven de lo indispensable (en cuanto a valores) para integrarse en una sociedad que lo ve como amenaza. ¿Qué pasa cuando la Escuela no hace eso? El sistema está caduco. A nuevas amenazas, nuevos sistemas. Habría que analizar de qué integración estamos hablando, y a quién se le está imponiendo.
En ENTRE LOS MUROS, la película de Cantet, se habla de distancia, diferencia, frialdad entre docente y alumnado. El docente, funcionario del sistema, alejado de la realidad de su audiencia. Los códigos, en la comunicación, son dispares. De este modo, el proceso integrador brilla por su ausencia. A falta de integración, disciplina.
Crítica al fracaso
Lo realmente decepcionante y desperanzador es la falta de autocrítica. El sistema es un fracaso y los que participan de ello son verdugos. El docente actúa ciego y desoye las necesidades de los que deambulan por las aulas. La frustración se apodera de él y no sabe qué hacer. Únicamente se limita a evaluar el régimen sancionador. Y cae en la misma trampa. Incapaz de controlar su desesperación actúa como ese adolescente que no comprende en rechazo de esa sociedad a la cuál pertenece. Irresponsabilidad absoluta de aquellos que no hablan de cambio sino que son víctimas encerradas entre muros.
Cantet rueda de forma prodigiosa en ese lugar acotado. Cámara en mano transmite la misma tensión de aquel profesor que en el "aula" se enfrenta a su fracaso, día a día, mientras el sistema, del que forma parte, le consume, poco a poco. Y es que la máquina de Foucault está descompuesta.
ENTRE LOS MUROS de Laurent Cantet, FRA, 2008