20 de noviembre de 2007

Lo que hay que [decir] de Pablo Nisenson, ARG, 2005

Manifestar con palabras el pensamiento.


La crisis estructural tiene sus consecuencias: la desigualdad social. Las diferencias sociales se convierten, literalmente, en diferencias de oportunidades y pérdida de derechos. Y las primeras víctimas son niños y adolescentes, que quedan al margen de la sociedad y excluidos de cualquier futuro mejor. El contexto es el argentino, pero extensible a cualquier país dentro del sistema capitalista.

Cómo responde la sociedad a esta problemática. Cómo se dan alternativas y soluciones a está situación. A través de las instituciones. LO QUE HAY QUE DECIR nos permite acercarnos a las personas (niños y jóvenes), víctimas del sistema, y también a la institución que le ofrece un presente esperanzador.

A lo largo de una temporada, en el imponente marco del sur argentino (Bariloche, un personaje más de la película), un grupo de jóvenes residentes en una comunidad terapéutica (“Programa Asumir” y el Hogar “El refugio de Jesús”) afrontan un singular desafío: intentar su transformación personal. Todo ellos cargan con historias de vida marcadas por profundos conflictos, aunque ninguno de ellos queda necesariamente explícito (si bien, la adicción a las drogas esté presente). La cámara no mira al pasado, no se detiene en él, sino que fija su objetivo en la lucha diaria/cotidiana de los protagonistas del documental.

A diferencia de la receta del encierro, represión, verticalidad y “chalecos químicos” (heredada de tiempos pasados y que actualmente se sigue practicando), aquí se afronta el tratamiento con una óptica humanitaria, sensible y multidisciplinaria. El documental nos traslada esa visión optimista, una excepción en el tipo de instituciones del país.

La película de Nisenson trata de documentar el difícil y sinuoso proceso que estos jóvenes llevan adelante apostando por una vida distinta. Incluso, podríamos concluir que el documental se postula como terapia para sus protagonistas. Los jóvenes se sienten acompañados, escuchados y comprendidos en su camino. La película es una experiencia vital para los jóvenes que habitan en él. También el reconocimiento a todas esas personas que están trabajando y apostando por estos chicas y chicos. Cabe destacar que LO QUE HAY QUE DECIR ha sido declarada de interés social y cultural por el Gobierno de Río Negro, Argentina.

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