31 de agosto de 2008

LA [MUJER] SIN CABEZA de Lucrecia Martel, ARG, 2008

"No debemos dejar de explorar, porque al final de nuestra exploración llegaremos a un nuevo punto de partida y conoceremos el lugar por primera vez" T.S. ELLIOT




Martel apuntaba, en alguna entrevista, que los títulos de sus tres películas podrían ubicarse en el mismísimo cine de terror. Dícese LA CIÉNAGA, LA NIÑA SANTA y la comentada LA MUJER SIN CABEZA (ahora se habla, incluso, de trilogía). Y alguna coincidencia hay con EL ÁNGEL EXTERMINADOR de Luis Buñuel. Algo "buñueliano" abarca la obra de la directora argentina y, en especial, su última película. En planteo, temática y estilismo, que remiten (irremediablemente) a múltiples lecturas. Puro cine:

Planteo: político-social. ¿Cómo hacer cine político? Cuéntame un cuento. Historia pequeña con sombra alargada. Clase social dominante que atropella, "como si de perros se trataran", a sus esclavos. Esos mismos que nunca miran a los ojos de los que mandan y que obedecen a cualquier tipo de orden. Y sus amos están enfermos. Pero son amos y tienen el poder. Y el poder es sinónimo de corrupción. Y la corrupción permite tapar lo que es una evidencia: los amos son verdugos. ¿Cómo filmar una tragedia? Cuéntame un cuento...

Temática: las miserias de la clase media-burguesa. Una sola palabra: decadencia. La otra que sigue: supervivencia. La aparente calma entra en "shock". Los diferentes actores intentan bailar al son de la misma melodía. Les va la vida en ello. Donde había armonía, ahora hay locura. Sólo hay que normalizarla...como si no pasara nada. Y las miserias quedan en los márgenes. Fuera del alcance de los ojos

Estilismo: claustrofobia y endogamia por los cuatro costados. Producida, entre otros, por Almodóvar (ya lo hizo con LA NIÑA SANTA) cuenta la historia de una mujer, interpretada por la desconocida María Onetto, y su accidente. La relación de ella con su entorno. Cerrado. Incluso las emociones no tienen lugar. Todo es rutina, todo es predecible, todo es control. Primeros planos acotan el lugar. Infinidad se sonidos nos transportan a un universo particular.

La película de Martel desborda misterio, como en la obra maestra de Buñuel. Detrás de la apariencia, lo imprevisible ocupa un lugar central. Hay algo en los gestos de Verónica --en su mirada-- que provoca sensaciones al borde del precipicio. Ese mismo que no nos deja ver que hay en el fondo de la caída. Es el tipo de cine que permite despertar en el espectador un sexto sentido. El mismo que nos sumerge en el camino de la exploración.

[Persona del sexo femenino]

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30 de agosto de 2008

El [hijo] de la madrugada


Soy el hijo de la madrugada de los padres que, en un instante, perdieron toda una vida. Fue a las cuatro de la noche maldita. Carlos y Paola, padres, dormían. Recibieron la peor de las llamadas. No se podía esperar nada bueno cuando sonó el teléfono. La hora que más odiaré y la que más temo. Las palabras desde el otro lado del auricular fueron claras y concisas: “Su hijo ha muerto”. Un terrible accidente en la carretera número trescientos cinco, cuando volvíamos de la última fiesta del pueblo. Tres en el coche. Sólo yo sobreviví.

Se descompuso la tragedia y ahora les cuento cómo era Santiago, su hijo de ayer. Ése muchacho de veinte años, por el cuál lo habían dado todo y del que no sabían absolutamente nada. Me he convertido en confidente del pasado. Me preguntan todo sobre él. Ahora conocen a Santi, y me tienen a mí, su nuevo hijo. Eso me dicen. Soy lo que más quieren. No tienen nada más. Se encerraron en sí mismos. No quieren saber nada del mundo que les rodea. Paola toma pastillas durante todo el día. A Carlos lo despidieron del trabajo y ahora mendiga limosnas en eventualidades que apenas le permiten vivir. Pero cuando vuelve a casa, allí estoy para llenarles su vida. Paso buena parte de mi tiempo libre con ellos. Casi todas las tardes y muchos fines de semana. Invirtieron sus ahorros en mis estudios e incluso me llevaron de vacaciones. “Haces bien, hijo”, insisten mis otros padres. Ellos no saben nada.

Mi nombre es Óscar. Yo era el que conducía esa maldita noche. Yo fui el que bebí, inconsciente, sin parar. Yo también morí esa noche. Y ellos se encaprichan en mantenerme vivo, sin saber que soy el asesino de su hijo. Yo maté a lo que más querían. Soy un cobarde, el que se esconde tras un telón de culpa. Antes me pierdo, desaparezco, ya no tengo nada más que perder…soy el hijo de la madrugada.

[Persona o animal respecto de su padre o de su madre]

13 de agosto de 2008

Joâo César Monteiro

[8] JOÂO CÉSAR MONTEIRO [INTERMEDIO 2008]


Las generaciones crecidas con las descargas de internet y las fotocopias a destajo olvidan que el soporte de una obra cultural puede tener valor más allá de la pura funcionalidad de materializar un contenido literario, audiovisual o musical. Es por eso que el mérito del sello Intermedio consiste no solamente en posibilitar el acceso a una serie de cineastas imprescindibles, sino el cuidado con que presentan sus películas. El pack dedicado al portugués Joâo César Monteiro (1934-2003), por ejemplo, es una obra hermosa desde su misma portada, un retrato del cineasta que pintó Miquel Barceló.

Entre las sapilcaduras de la acuarela que se extienden por el interior del cofre encontramos un libreto de una impagable nota autobiográfica y un lúcido análisis desarrollado por Glòria Salvadó. El pack contiene cuatro cortometrajes y varias entrevistas que acompañan el cuerpo central de la filmografía de Monteiro, la trilogía formada por RECUERDOS DE LA CASA AMARILLA (1989), LA COMEDIA DE DIOS (1995) y LAS BODAS DE DIOS (1998), junto a ese especie de epílogo y obra póstuma que es VA Y VIENE (2002), todas en torno a ese coleccionista y degustador filosófico de vello púbico femenino, cultivador perfeccionista de una estética decadente, caballero libertino triste figura que parece escapado de un cuadro de El Greco, espécimen de una raza cultural que se extinguió con él, álter ego de Monteiro en pantalla.


[Eulàlia Iglesias - ROCKDELUX]

10 de agosto de 2008

[ZEITGEIST] de Peter Joseph, EEUU, 2007

[Zeitgeist es originalmente una expresión del idioma alemán que significa "el espíritu (Geist) del tiempo (Zeit)". Denota el clima intelectual y cultural de una era]

ZEITGEIST es un documental sin ánimo de lucro, con difusión por Internet. A manera de intrahistoria, plantea la existencia de mecanismos de dominación absoluta dentro de las instituciones de control social convencionales; más que centrarse en si las intenciones son ocultas o manifiestas, explora los métodos de convencimiento individual y asentimiento social de la sociedad civil ante sus dominadores. El documental posee un trasfondo cuasi-anarquista, expresado sobre todo en las conclusiones finales de una manera tácita ya que supone develar grandes mentiras (históricas y actuales). Desde su publicación gratuita en Google Video en 2007, la película está considera la más vista por Internet. [Wikipedia]


Pulsa fotograma para ver película

VOSE, 118'

LA LOCOMOTORA [12]

1 de agosto de 2008

WALL-E, un [robot] en Oz

WALL-E de Andrew Stanton, EEUU, 2008




Las películas actuales de animación ya no son para niños. Preciso, no son sólo para niños. La baja tasa de natalidad que arrastran, durante años, países occidentales del llamado primer mundo podría explicar esta tendencia. Por ejemplo, en España los hijos del llamado “baby boom” de los 70, ahora son treintañeros (sin hijos) que se han convertido en un público consumidor de películas de animación. Hablamos, pues, que el mercado infantiliza al adulto. Es una cuestión de rentabilidad económica, el reinado de la PlayStation.

De forma paralela, este nuevo enfoque está unido a la (intensa) implementación de las técnicas de animación digitales. Este cambio lo ha capitalizado, magistralmente, Pixar. Sus producciones han sido, hasta la fecha, un éxito de público (infantil y adulto) y de crítica. Y WALL-E, su última aventura, una obra maestra.

La última historia de Pixar relata el viaje que emprende el robot Wall-E, el mismo que el de Alicia al País de las Maravillas o, mejor aún, el de Dorothy al mundo de Oz. Porque al igual que Wall-E, Dorothy vive en un mundo en blanco y negro, árido y en el que se siente sola. Así quedó la Tierra después del despropósito humano, convertida en un inmenso basurero. Wall-E trabaja de sol a sol, cumpliendo las funciones de limpieza por las cuáles se le programó. Pero está solo y se siente solo. Hasta que llegue Eva, última generación de robots. Wall-E se enamora y sólo piensa en estar junto a Eva…y cuidarla. Para ello, le acompañará a la nave-retiro de los humanos: Axioma, un mundo de Oz, una sociedad dominada por el consumismo y el sedentarismo. Valores por los cuáles el planeta quedó devastado. Wall-E y Eva son la única esperanza de regreso, una vez que se rompa el orden establecido en esa fantasía tipo Oz.

A destacar dos puntos. Primero, la referencia juega un papel importantísimo como recurso narrativo que afecta directamente a ese público adulto, del cual hablaba hace unas líneas. Incluso, podríamos hablar de referencia retro-ochentera. Desde E.T. ,en el mismo diseño de personaje, hasta el HAL de Odisea en el Espacio, cubos mágicos y la mismísima escena del musical HELLO, DOLLY! Ese tono melancólico, domina el primer tercio de metraje. Sin mediar un solo diálogo la película se sostiene en la historia (característica intrínseca en cada una de las producciones de Pixar). El segundo punto, otro de los referentes de la productora de animación, con los mínimos recursos construye un personaje majestuoso. En Wall-E se llega a un punto culminante. Un robot sinónimo de frialdad tecnológica, se convierte en un ser entrañable y lleno de sentimientos. Una receta que sólo Pixar conoce.

Wall-E se ha convertido en la mejor película del estudio Pixar y, por consiguiente, en una de las mejores películas de animación de todos los tiempos. Wall-E es una experiencia llena de emoción. Una de esas cosas de las cuáles el último cine de la industria olvidó en el cajón. La película sustentada en un mensaje ecologista, dibuja una composición en la que el amor se despoja de cualquier valoración cursi, convirtiéndose en el único valor que puede cambiar nuestro destino. Amor por uno mismo y amor por el que tienes al lado. Y todo eso a través de los ojos de hojalata de un robot olvidado en el planeta Tierra.

[Máquina o ingenio electrónico programable, capaz de manipular objetos y realizar operaciones antes reservadas solo a personas]


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