31 de mayo de 2007

[Pesadilla] de Robert Siodmak, EEUU, 1945

Preocupación grave y continua que siente alguien a causa de alguna adversidad. Persona o cosa enojosa o molesta.

La película de Siodmak respira algo sórdido. Lo que se presume como un drama cotidiano, la relación entre un hombre y sos dos hermanas, se convierte --y de ahí el título en España-- en una auténtica pesadilla. Un desarrollo particular, como en otros films dirigidos por el alemán, como la obra maestra TRAS EL ESPEJO.

PESADILLA no es una obra maestra. Una muy buena película con un error determinante: el desenlace. Inexplicable. Hasta ese momento final, la película desprende un aroma de eterno clásico de los años 40.

La historia se desarrolla en un pequeño pueblo de Estados Unidos, Harry Quincey (interpretado por George Sanders), soltero y artista frustrado, vive con sus dos hermanas y una sirvienta. El momento que desata el conflicto es cuando Harry anuncia que va a casarse. Este hecho producirá un cambio en la relación de Harry con sus hermanas. Fundamentalmente con su hermana Deborah, interpretada por la fatal Deborah Brown.

Siodmak acentúa la atmósfera opresiva. A través del contexto, el pequeño pueblo profundamente conservador y, como no podía ser de otra forma, en la relación entre hermanos. De hecho, Harry se siente preso entre dos amores. Su prometida, interpretada por Geraldine Fitzgerald, y ese amor obsesivo de su hermana Deborah, que le impide tomar decisiones importantes en su vida.

Para Deborah la futura mujer de su hermano Harry es el problema. Mejor dicho, el obstáculo entre su hermano y ella. Ahí está lo sórdido. Lo que no se nos cuenta. Lo oculto. Hay algo profundo en la relación entre hermanos; es lo que convierte el drama cotidiano en drama psicológico. Y Siodmak toma perspectiva: nos habla de lo enfermizo --y destructivo-- que pueden llegar a ser las conductas obsesivas. Nos habla de sus consecuencias, sin dejarnos ver que hay detrás. Eso es tarea del espectador. Eso es cine.

26 de mayo de 2007

La Locomotora [3]

LOOSE CHANGE [2ª versión] de Dylan Avery, EEUU, 2006

[Conspirar] Ponerse, una persona, de acuerdo con otra u otras para hacer algo, especialmente contra el Estado o el soberano. Concurrir, varias cosas, a un mismo fin, generalmente malo. Conjurarse, confabularse, maquinar.

Loose Change comienza relatando un evento de lo más revelador. En los 60, se le propuso a Robert McNamara, en ese entonces secretario de Defensa de Estados Unidos, escenificar un ataque terrorista en y alrededor de la bahía de Guantánamo, para tener una excusa para intervenir Cuba. El plan, que incluía entre otras cosas derribar un avión estadounidense y atribuir el ataque a Cuba, fue rechazado por el mismísimo Kennedy y el responsable fue echado del Gobierno. Loose Change nos instala la duda conspiracionista: ¿pudo haber pasado algo similar en 2001? Es decir: ¿puede ser que todo lo acontecido el 11 de septiembre hay sido planeado y ejecutado por el gobierno estadounidense, para tener una excusa para invadir Irak? Si se propuso y rechazó algo así en el pasado, ¿por qué no creer que se propuso y aceptó en el presente?
[Ezequiel Schmoller, EL AMANTE, 2007]


Pulse el fotograma para ver la película

VOSE, 82'

[+] Web dónde se desmiente, punto por punto, lo que Loose Change propone.

[+] Farhenheit 9/11 de Michael Moore, EEUU, 2004

21 de mayo de 2007

Chat [Haciendo Cine_Argentina]

‘Haciendo Cine’ (HC) es una revista argentina, y hace muy poco cumplió su décimo aniversario. Más allá de la publicación, ‘Haciendo Cine’ se ha convertido en un referente para la industria cinematográfica argentina, para todas/os aquellas/os que hacen cine en este país y, como no, para todo el público que lo sigue. ‘Haciendo Cine’ es una aventura sobre lo cinematográfico: página web, actividades de todo tipo, organización de festivales... Os invito a conocer esa aventura, de la mano de su director, Hernan Guerschuny.



¿Cuando empezó a andar vuestra revista 'Haciendo Cine'?
Hernan Guerschuny: El primer número salió en septiembre de 1995, el cual nos llevó 4 meses armarlo.


¿Cuáles son las señas de identidad de vuestra publicación? ¿Qué lugar ocupa dentro del panorama editorial sobre lo cinematográfico en Argentina?
Somos una revista de los que hacen cine o bien de los que les interesa acercarse al cine no sólo desde el momento en que la película está terminada. En ese sentido, ocupamos el lugar de referentes de los que se dedican a esta actividad.


¿Qué nos ofrece vuestra web?
Está a la vista, pero básicamente un archivo de notas de los últimos 10 años, los estrenos de todos los meses, e información de todas las actividades que desarrollamos mas allá de la revista, como ciclos, concursos, festivales, avant premieres, etc.


A la persona que se quiera acercar al cine argentino, ¿qué recomendación le darías? ¿Qué ver? ¿Dónde buscar?
Bueno, además de leer Haciendo Cine, claro, le diría que para entender el proceso que vivió nuestro cine en los últimos 10 años, deberían seguir esta linea histórica/estética: SubielaAgrestiRejtman - TraperoCaetanoMartelBurman. A partir de allí, rever los indiscutidos como De la Torre, Tinayre, Favio y Aristarain. Y terminar con jóvenes valores... Que solo los encontrarán en HC!


Algunos hablan del término "nuevo cine argentino". ¿Cómo lo definirías?
Como una marca que creó la prensa y programadores internacionales, pero que a muchos cineastas les ha venido muy bien como bandera ante las viejas generaciones y para promocionarse en el exterior, lo cual es muy necesario.


¿Qué radiografía harías del estado actual del cine argentino? ¿Qué lugar ocupa dentro del panorama latino-americano?
Desde un punto de vista artístico-estético creo que está muy vivo: es heterogéneo, auténtico, y curioso, y técnicamente muy profesional. Las deudas siguen siendo los mecanismos de financiación: seguimos presos de 1) los subsidios estatales, o 2) de Europa. El primer caso, mal acostumbra a los productores, quienes creen que el proceso de una película termina en filmarla (y no en pensar mecanismos de recuperación comercial), y el segundo caso, nos hace “presa” fácil de productores extranjeros quienes por “un par de euros” se quedan con gran parte del negocio de un film (pero esto es común a toda Latinoamérica).


¿Cuál es la asignatura pendiente del cine argentino?
Resolver la paradoja de ser reconocido en el exterior pero no poder soportarse con fondos locales.


¿Cómo calificarías la alianza entre cine argentino y español?
Toda alianza me parece positiva, ya que supone ventaja para ambas partes. Creo que el problema surge de un problema aún mayor que son las diferencias tan grandes que hay entre ambas economías, que ocasiona una alianza de mucha desventaja para este lado del océano. Los europeos suelen aportar unos 30 mil euros para quedarse con el territorio español de una película local, pero la TV española puede pagar hasta 300 mil euros por ella. Es claro que es un negocio con un cierto desbalance.


La película argentina imperdible...
El Acto en Cuestión, de Alejandro Agresti.


La película favorita de la historia del cine...
Uh! Odio estas preguntas (a pesar de hacerlas todo el tiempo desde mi revista). Manhattan (W. Allen)?, Vértigo (A. Hitchcock)?, Los 400 Golpes (Truffaut)? La vida es formidable/Qué bello es vivir! (F. Kapra)? No sé, son películas que por lo menos me mejoran el día...


Por último, ¿nos recomiendas un viaje (de cualquier tipo)?
El domingo por la mañana, café con leche, tostadas y el suplemento RADAR del diario Página 12 en el antiguo bar de Ravignani y Paraguay. Ya al mediodía una caminata por San Telmo, para terminar comiendo una bondiola con papas fritas en El Desnivel (el maltratao de los mozos es parte del asunto, no te asustes). A la tarde, estadio Monumental de Núñez para ver al últimamente muy sufrido pero siempre glorioso River Plate. Cuando finalizaste de insultar al árbitro, cerca de ahí está el Aeroparque donde te tomás un avión hacia El Calafate, en la zona de los Glaciares. Después de hacer muchos kilómetros te alojás en unas cabañas, prendés el hogar y elegís un buen libro, que empezarás a leer recién llegado de un pequeño restaurant donde degustaste el mejor cordero patagónico... del mundo.

16 de mayo de 2007

Los [muerto]s vivos

Que está sin vida.

A la pregunta ¿por qué, en ocasiones, vuelven los muertos?, una respuesta antropológica: porque tienen algo que decirnos. A través de un consejo, una visita que despierta la reflexión en el visitado (que alienta cambios), alguna cosa que el difunto había dejado pendiente. Ese muerto no se ha desligado totalmente del mundo al cuál pertenecía, el de los vivos. Desde la religión, un ángel de la guarda. Desde lo parapsicológico, el ser que reside en la frontera del acá "real" y el más allá. De tal modo, existen lugares frontera. Esos sitios grises, en los que se tiende a extinguir las diferencias, dónde no hay ni buenos ni malos, todos iguales. El cementerio o una funeraria.

SEIS PIES BAJO TIERRA nos cuenta la historia de la familia Fisher, y de su negocio, una funeraria. La relación que tienen con la muerte es muy particular. Una visión directa de la pérdida y la gestión del dolor (no siempre) que provoca en las personas. Hay vivos que viven mortificados y muertos muy vivos. Y esos dos mundos transitan en SEIS PIES BAJO TIERRA. Una excepcional creación para televisión de Alan Ball, guionista de la oscarizada AMERICAN BEAUTY. En este caso, se centra de un modo ácidode en cómo, la sociedad de hoy, entiende la muerte...y en cierto sentido, la misma vida. Dos caras de la misma moneda.

¿Quién está más muerto? Los protagonistas viven a seis pies bajo tierra, sin apenas poder respirar...asfixiados. Con sus necesidades, emociones, dudas, contradicciones, experiencias...y sin saber cómo expresarlas abiertamente a las personas que les rodean. El contacto directo con la muerte ha provocado su mortificación como personas. La posibilidad de escapar a eso se traducen en cinco temporadas (2001-2005) de excelentes guiones, historias, actuaciones y una partitura musical hermosa de Thomas Newman.

Si tuvieramos que actualizar una hipotética lista de películas de 'zombies', SEIS PIES BAJO TIERRA tendría un lugar como exponente en la pequeña pantalla catódica (o mejor, en las pantallas plasmódicas, quiero decir, plasmas). Incluso me atrevería a incluirla en la modo televisiva actual sobre lo paranormal (qué lejos quedan los expedientes X): LOST, INVASION, LOS 4400, etc. La producción de Ball sorprende, coqueteando con géneros como el musical, el terror y, en ocasiones, el gore (escenas en la sala de embalsamientos).

SEIS PIES BAJO TIERRA es novedosa en cuanto al contexto en el que se desarrolla la historia: una funeraria. Nada que ver con abogados, policías, médicos y otro rubros del montón. Y novedosa en cuanto a retratar el drama de todos los días: la vida.

14 de mayo de 2007

Historias de [película]s de H. Alsina Thevenet

Cinta de celuloide que contiene una serie de imágenes fotográficas que se proyectan en la pantalla del cinematógrafo o en otra superficie adecuada. Obra cinematográfica.


El libro
Alsina Thevenet sabe de cine como una enciclopedia. Rinde a través de sus textos un culto al dato exacto y la palabra justa. Y su crítica se fundamenta en la mejor teoría para entender la realidad del cine: comprender que toda película importante es obra de un equipo, donde resulta fundamental el trabajo del director, el guionista, los actores y el personal técnico, sin olvidar los factores industriales, sociales y políticos. Entendiéndolo de este modo, Homero Alsina Thevenet, despliega su enorme erudición crítica y narra en este libro “la historia” o “las historias” que permitieron la existencia de 40 películas fundamentales en la Historia del cine, desde sus orígenes hasta finales de los años 70.

Todo el cine en más de 300 páginas, de El acorazado Potemkin a Lo que el viento se llevó, de Casablanca a la trilogía de El padrino, de El tercer hombre a La Patagonia rebelde, de El gran dictador a Viridiana. Casi nada. A través de Historias de películas descubrimos a un escritor amante del cine, que lo explora desde dentro y desde fuera, abordando la complejidad que ello supone. Un viaje sin igual a una historia del cine, en la que todos los que hacen posible una película son importantes.

El autor
Homero Alsina Thevenet, crítico cinematográfico uruguayo de reconocido prestigio, nació en Montevideo en 1922, y falleció en la misma ciudad en diciembre de 2005. Desde 1937 estuvo dedicado al periodismo cultural, en Uruguay, Argentina y España, en especial a la crítica de cine. Desde 1989 dirige en la capital uruguaya El País Cultural. Ha publicado a lo largo de su carrera, libros sobre Ingmar Bergman, la censura cinematográfica, la Academia de Hollywood, Chaplin, las listas negras de Hollywood y la historia del cine mudo.

Se trata, sin lugar a dudas, del crítico más célebre de América Latina, fue veterano de jurados internacionales y autor de más de 20 libros. Y para muchos el descubridor del cine de Ingmar Bergman fuera de Suecia.

Historias de películas, Homero Alsina Thevenet, Ed. El cuenco de plata, Buenos Aires, 2006.

7 de mayo de 2007

La Locomotora [2]

NOSFERATU de F.W. Murnau, ALE, 1922

[Vampiro] Ser imaginario, aparentemente difunto, que sale de su tumba por las noches para alimentarse con la sangre que chupa a las personas vivas.

La célebre novela DRÁCULA, publicada en 1897 por el escritor irlandés Bram Stoker, que narra la historia del no-muerto que para sobrevivir debe alimentarse de sangre de personas vivas, ha sido orígen de múltiples películas. La primera es esta producción muda, obra maestra del director Friedrich W. Murnau, que encierra un lirismo y una imaginación visual pocas veces alcanzada.
Augusto M. Torres [Cine Mundial, Ed. Espasa, Madrid, 2006]


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B/N, Muda, 84'

3 de mayo de 2007

[300] de Zack Snyder, EEUU, 2006

Trescientos.


Zack Snyder con su segunda película nos propone una experiencia cinematográfica. No se trata de una experiencia novedosa sino, más bien, valiente. Y como suele pasar en el mundo del cine, cualquier tipo de valor diferencial tiene que enfrentarse, afortunadamente, a la polémica.

300 bebe de dos referentes importantes del último cine del siglo XX: Matrix y Gladiator. Desde lo visual, lo virtual, el acelerado discurso narrativo y la música... la película de los hermanos Wachowski. Por otro lado, la recuperación del cine épico bajo el prisma de Ridley Scott; talentoso director que ya abrió nuevos horizontes con Alien y Blade Runner.

Cómo contar la misma historia (estamos hablando de batallas, gladiadores, episodios históricos, venganzas, héroes...) pero desde la óptica del nuevo siglo, en el que la audiencia ha crecido con diferentes valores y, desde lo visual, se ha alimentado del video juego y la publicidad (sin olvidarnos del video clip musical).

Matrix fue la primera propuesta formal y revolucionó el panorama. Gladiator fue la sorpresa. Una historia clásica desde la modernidad. Le siguió la moda, aprovechando el auge del género, con Troya y Alejandro Magno. Y como suele pasar, cuando se explota más de la cuenta un patrón la cosa se estanca. Esas dos películas no proporcionaron nada que ya conocieramos. En cualquier caso, despertaron el interés de aquellos que querían revivir experiencias del pasado. Lo mismo había pasado con Sin perdón, la recuperación del western, o Salvar al soldado Ryan, nuevas hazañas bélicas.

El siguiente paso lo da Snyder con 300. Especialista, hasta la fecha, en actualizar géneros. Su anterior película era una de zombies: El Amanecer de los muertos. Ahora en 300 revitaliza el cine épico a través de un discurso bien conocido por los entusiastas treintañeros (en definitiva, el público de este tipo de películas): el cómic. Snyder ha bebido del cómic y lo traslada a la pantalla. Lo hace de la mano de la obra de Frank Miller. A tener en cuenta que la próxima producción de Snyder es otro cómic, Watchmen de Alan Moore.

El cine, puramente comercial, se quedó sin historias y la industria recurrió a una fuente inagotable de superhéroes de Marvel y Dc. Ahora quedaba por adentrarse en ese cómic postmoderno, mas bien de antihéroes, como el que propone Miller (no olvidemos la adaptación de Sin City).

Lo visual por encima del discurso. La estética como discurso. La realidad virtual se convierte en la principal protagonista. Los efectos especiales al servicio de la creación de nuevos mundos. La anatomía de la acción desborda la pantalla. La marginación de cualquier discurso de carácter político o ideológico. Yo, al menos, no lo veo. ¿Una sátira? Puede ser.

300 despierta al espectador. Como cualquier propuesta valiente, crea polémica. Por ahora, Snyder está en el camino correcto. Un cineasta del nuevo siglo.