29 de diciembre de 2008

[PLAN] 9 FROM OUTER SPACE de Ed Wood, EEUU, 1959

[Intención, proyecto]

La cuspide del arte de Ed Wood. Platillos volantes, muertos vivientes, la bomba atómica, parodia e intriga policíaca unidas... Todos los géneros se mezclan en uno y crean el cóctel explosivo que dio origen a la merecida reputación de Ed Wood.

El hecho de que Bela Lugosi aparezcan en los créditos a modo póstumo pese haber sido sustituido por un actor que no se le parece en absoluto, explica en gran parte porqué "Plan 9" está considerada como la peor película de la historia del cine. Pero hay muchos otros elementos que apoyan esta tesis. Los decorados y los efectos especiales por ejemplo: la cabina del avión es de cartulina, la estación espacial con sus aparatos electrónicos baratos (incluyendo una señal luminosa para indicar obras que habían robado de una carretera), los platillos voladores que son llantas de coches movidas por hilos ostentosamente visibles, algunas lapidas sepulcrales y cruces hechas de papel, la inconsistencia entre día y noche en una misma escena el coche de policía que cambia de modelo de un plano al otro... Por no hablar de John Breckinridge, que lee de manera escandalosa sus textos de un papel pegado en el suelo o, para el caso, de los diálogos, que también aportan gran parte del ridículo.

Aprende a mirar las malas películas; a veces pueden ser sublimes

Ado Kyrou, Le Surréalisme au Cinéma

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B/N_V.O._79'

20 de diciembre de 2008

[INVASION] de Hugo Santiago, ARG, 1969

[Acción y efecto de [invadir]. Irrumpir, entrar por la fuerza]

INVASIÓN es el octavo dvd de la colección de cine latinoamericano que malba.cine inaguró en el año 2006. Además de la película completamente restaurada como nunca se la vió en un soporte hogareño, esta edición incluye material extra especialmente realizado para la ocasión, con entrevistas a Hugo Santiago visitando aquellos lugares de Buenos Aires con los que construyó Aquiles y un libro preparado por David Cubiña que revisa los pormenores de la gestación del proyecto entre Santiago y Borges.


Invasión fue cargada de un valor tremendamente premonitorio y su exhibición en televisión fue prohibida en los años de plomo. A cuarenta años de su estreno, sigue teniendo una actualidad lacerante y reinterpretaciones constantes que Santiago cuenta con orgullo. Una de ellas involucra a un grupete de jóvenes europeos simpatizantes de los movimientos antiglobalización con el que él tiene mucha relación. Después de la restauración, estos jóvenes pudieron ver la película y lo citaron para decirle, con convicción y rigurosidad, que ellos no tenían dudas: “¡Es un film sobre la globalización! Eso me dijeron y empezaron a hacer una lectura total del film basados en la globalización: la invasión subterránea, no visible, las complicidades. Aquí es normal que se hable de esa violencia tan tristemente nuestra en América latina, pero para ellos, que están preocupados por otra cosa, era evidente que es un film sobre la globalización”. Otra de las tantas anécdotas que le regaló la fluencia y el éxito de Invasión por el mundo fue la exhibición en Argelia alrededor de los ’70, cerca de los albores de la independencia, en una base petrolera en pleno desierto, con una tela gigante y un público de trabajadores árabes durante la medianoche: “Yo estaba en el fondo mirando de lejos. Y veía ese conjunto de gente vestida de blanco, mirando a mis personajes de traje oscuro y con sombrero y los tanguitos y alguna milonga que hay en el film. La primera sensación que tuve fue que los personajes exóticos no eran los que estaban sentados mirando en el desierto, sino los míos en la pantalla. La segunda fue que a medianoche, cuando la película terminó y seguimos discutiendo, la lectura que hacían ellos era por supuesto una lectura de violencia, de la guerra interna, pero de violencia que les concernía a ellos, otra que la nuestra, una violencia imperialista pero ocupándoles el país. Todas esas interpretaciones se pueden dar justamente porque el film no es una alegoría. Dentro de la narración fantástica, el film no es una alegoría, no tiene nada de alegoría, es un cuento fantástico que no tiene símbolos y todos los elementos del decorado que hay fueron buscados y encontrados para que jueguen el rol que corresponde en esa narración fantástica. Para ellos era igualmente vigente. Es una particularidad del film, pero también es una particularidad del género fantástico. Y yo diría que es una singularidad ultrasingular del género de la narración fantástica porteña”.

[El camino de Santiago por Natali Schejtman. RADAR / Página12 8 de abril de 2008]

8 de diciembre de 2008

SHARA [Sharasojyu] de Naomi Kawase, JAP, 2003

[Catarsis. Entre los antiguos griegos, purificación ritual de personas o cosas afectadas de alguna impureza. Efecto que causa la tragedia en el espectador al suscitar y purificar la compasión, el temor u horror y otras emociones. Purificación, liberación o transformación interior suscitados por una experiencia vital profunda. Eliminación de recuerdos que perturban la conciencia o el equilibrio nervioso]



La catarsis se hizo lluvia, danza de la alegría. La tragedia se hizo ausencia, emoción del silencio. El espíritu se hizo cielo, vida del recuerdo. Y Kawase filmó poesía. Hay algo en SHARA que atraviesa las imágenes, algo imposible de explicar, de narrar con palabras.

La desaparición, inexplicable, de un hijo marca la vida de una familia. Para siempre. Presente en todos los días, en todos los rincones. La familia, una casa presa de tristeza. Hay algo en SHARA que atraviesa el adentro, y se hace sentido en el afuera.

La cámara circula, contempla, oculta, baila, vuela, desvela y sufre. La cámara de Kawase es dolor y felicidad al mismo tiempo, como la vida misma. Es la misma cámara que nos acerca al cine de Erice, ésa que deslumbra misterio dentro y fuera de plano. Hay algo en SHARA que vive más allá de la pantalla, de lo que nos deja ver.

La lluvia se hizo catarsis. Lo invisible tomó cuerpo. La fé tuvo respuesta. La escena de la película es agua cayendo mientras movimientos repetitivos claman al cielo. Momento de purificación, destrucción del dolor, ése que hace tanto daño en las entrañas, muy adentro. Hay algo en SHARA que transmite esperanza, que reivindica siempre habrá un tiempo mejor.

¿Quién observa? ¿Cuál es el misterio? ¿Y si lo que desaparece vuelve a nacer? ¿Cómo vivir con el sufrimiento? Kawase nunca responderá, sino que nos llevará por el sendero de los sonidos, de las imágenes inconclusas. En SHARA, Kawase filma fantasmas y algo más que la sonrisa...de Jako.

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1 de diciembre de 2008

LOS [BASTARDOS] de Amat Escalante, MEX, 2008

[Bastardo. Que degenera de su origen o naturaleza]



Hay directores, hay historias, hay guiones que se construyen alrededor de una escena. Un momento en el metraje que llama poderosamente la atención. Un impacto. Para que ese instante sea lo más intenso posible, la película debe haber transitado a un ritmo lento (y si es posible, sin pausa, que avance). Acostumbrados a un cine superpoblado de impactos (dígase acción, efectos especiales y acumulación de movimientos de cámara), éstos se alejan de su razón de ser y se convierten en pura rutina. El espectador, inmune (por no decir domesticado), presencia imágenes sin efecto alguno.

Si en LA NARANJA MECANICA y FUNNY GAMES, los asesinos traviesos juegan con sus víctimas, sin aparente motivo/causa que lo justifique, en LOS BASTARDOS se insinua la justificación, pero el impacto nos deja huérfanos como espectadores atónitos. Hay indicios de desarraigo, marginalidad y pobreza que “podrían” explicar las acciones de los dos inmigrantes ilegales mexicanos en algún lugar de Estados Unidos. Pistas a cuenta gotas: como la escena inicial, en la que los dos caminan por un canal, al margen de una de las zonas residenciales dónde habita una clase media en decadencia. Los protagonista deambulan, sin destino, y esperan, al borde de la carretera, la llamada de algún "gringo" que les ofrezca trabajo por unas horas. Pero tienen un arma, sinónimo de libertad en el país que les prometía un futuro. Y asaltan una de esas casas. Lo que encuentran adentro no dista de la situación que ellos viven.

Esperanzadora respuesta del cine mexicano a la temática fronteriza, tan recurrente en los últimos tiempos, que victimiza al inmigrante que busca una vida mejor en el país vecino. Detrás de todo ello, la violencia como respuesta al anonimato, la desidida y la frustración. No hay forma de revertir una situación que irradia tensión durante todo el metraje.

Para ello, el director sigue los preceptos de otra obra minimalista del cine latinoamericano, BATALLA EN EL CIELO de Reygadas. De hecho, participó en ella. Y en esa película también se trabaja el impacto, en el que ese ritmo ralentizado se interrumpe, de forma abrupta, con una escena desestabilizadora. A partir de ese momento nada será igual. Al menos para el espectador.

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