DEMOCRACIA CERO
El documental de Fergusson es un ejercicio de pedagogía sobre la crisis financiera global. Eso lleva consigo una serie de obstáculos. Entre ellos, cómo abordar un tema de difícil comprensión y cómo explicarlo, a través de la descripción de causas y consecuencias, al público en general. Cae, pues, dicha propuesta en una serie de tecnicismos que frente al alto ritmo de exposición puede causar desorientación y abatimiento en el espectador.
El actor Matt Damon, narrador, como si del mismísimo agente Bourne se tratara, intenta dar consistencia a datos, argumentos, hipótesis y constataciones severas. Así, de este modo, la narrativa del documental se aleja del espectáculo Michael Moore y pone todo el peso en las entrevistas a toda una serie de técnicos sobre la materia. Casi la totalidad de los involucrados no aparecen en la película. Esos silencios tienen significado. En ese momento el director echa mano del material de archivo para dejarlos en evidencia.
Si Michael Moore persigue a los delincuentes, intenta ponerlos por sorpresa frente a la cámara y que, al menos, por unos instantes pasen vergüenza, Fergusson plantea el drama de la frustración. El foco está en el modelo, el sistema. Una forma de hacer las cosas que está por encima de las personas. Su mirada es más analítica y, al mismo tiempo, global.
La frustración de no entender el por qué. La causa de la indignación. El debacle de la representatividad. Dos aspectos a los que apunta el discurso de INSIDE JOB se centran en dos instituciones fundamentales en el sistema democrático: el Estado y la Universidad. Las dos atravesadas por la corrupción.
Como si se tratara de un jeroglífico, dicho documental necesita, posiblemente, de más de un visionado. Hay que descifrarlo y llegar a una revelación demoledora. El gobierno al que voté no me representa. Ese gobierno es una marioneta en manos de las grandes corporaciones. Dicha declaración en un documental ganador del Oscar y producido por una major llegó a todo el mundo.
El actor Matt Damon, narrador, como si del mismísimo agente Bourne se tratara, intenta dar consistencia a datos, argumentos, hipótesis y constataciones severas. Así, de este modo, la narrativa del documental se aleja del espectáculo Michael Moore y pone todo el peso en las entrevistas a toda una serie de técnicos sobre la materia. Casi la totalidad de los involucrados no aparecen en la película. Esos silencios tienen significado. En ese momento el director echa mano del material de archivo para dejarlos en evidencia.
Si Michael Moore persigue a los delincuentes, intenta ponerlos por sorpresa frente a la cámara y que, al menos, por unos instantes pasen vergüenza, Fergusson plantea el drama de la frustración. El foco está en el modelo, el sistema. Una forma de hacer las cosas que está por encima de las personas. Su mirada es más analítica y, al mismo tiempo, global.
La frustración de no entender el por qué. La causa de la indignación. El debacle de la representatividad. Dos aspectos a los que apunta el discurso de INSIDE JOB se centran en dos instituciones fundamentales en el sistema democrático: el Estado y la Universidad. Las dos atravesadas por la corrupción.
Como si se tratara de un jeroglífico, dicho documental necesita, posiblemente, de más de un visionado. Hay que descifrarlo y llegar a una revelación demoledora. El gobierno al que voté no me representa. Ese gobierno es una marioneta en manos de las grandes corporaciones. Dicha declaración en un documental ganador del Oscar y producido por una major llegó a todo el mundo.
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