9 de enero de 2008

Tutto [Fellini]

Ilusionista incomparable, un enigma a desvelar película a película. Pasó a la historia como uno de los más grandes cineastas de todos los tiempos.





Fue una tarde --dicen-- a la salida de los Estudios Lux. Nino Rota espera, enfrente, que llegue el autobús. Fellini le pregunta qué colectivo va a tomar. "El 104", responde Rota. Su interlocutor le aclara que esa línea no circula por esa calle. De inmediato, el 104 dobla la esquina como una aparición, frena y Rota sube. El episodio es tan surreal que valdría la pena agregar que Fellini subió tras él y que entre los pasajeros se contaban una mujer inmensa a quien apodaban La Sarracena, un adolescente delgaducho que nunca más volverá a su pueblo, un Casanova pálido con una muñeca en la falda, una prostituta todo candor llamada Cabiria, el caballero Mastorna dispuesto a emprender un viaje imposible, una muchacha complaciente bautizada Gradisca, Mandrake El Mago con el perfil de Mastroianni, dos monjas, un cura, tres payasos, un flautista y algunas gordas de belleza increíble. Más allá, sobre un mar de plástico y telgopor fabricado en Cinecittá, la fantástica nave de los sueños que va y que va. Alguien susurra: "Todo es falso y todo es cierto".
[FELLINI de Tullio Kezich, Ed. Tusquets]


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