8 de noviembre de 2010

EL AURA

EL AURA de Fabián Bielinsky, ARG-ESP, 2005


Algunos dicen que para valorar un acontecimiento en su justa medida hay que tener perspectiva. El paso del tiempo actúa de juez frente a los hechos. Lo desgraciado es que Fabián Bielinsky se marchó hace unos años. Lo prodigioso es que dejó dos películas fundamentales, dos obras maestras. NUEVE REINAS y EL AURA, dos películas que son una, complementarias, unidas a la hora de entender el cine como experiencia sugestiva. Podemos considerar EL AURA como una de las películas fundamentales en la historia del cine argentino, y a la vez podríamos definirla como un clásico norteamericano contemporáneo. El amor de Bielinsky por el cine tiene puntos de análisis en los cuáles se apoya esta película imprescindible:

Punto de vista. La narración es en primera persona. El espectador se sumerge en una única visión, la misma experiencia que el taxidermista. Disponemos sólo de la información que tiene el protagonista. Vemos lo que el taxidermista ve.

Eje. La narración del conflicto, en las películas de Bielinsky, reside en la memoria. El recuerdo en NUEVE REINAS. El olvido en EL AURA.

Estructura. La película es circular, y tiene un centro y un recorrido. Empieza y termina en el mismo punto, en el mismo lugar. Pero algo ha cambiado. En ese camino, lo que se nos cuenta, el protagonista sufrirá una (vital) transformación. El perro muerto ahora está vivo.

Dual. EL AURA funciona a pares. El dos está metido, de forma casi obsesiva, a lo largo de todo el metraje. Escenas, detalles, imágenes que tienen su pareja. Hay que buscarlas, descifrarlas, como en el armado de un rompecabezas.

Violencia. Bielinsky considera que Hollywood ha banalizado la violencia en el cine, haciéndole perder cualquier efecto en el espectador. Plantea su idea a lo largo de la película, presentando el plan del taxidermista (robos en el Museo y la furgoneta con fondos del Casino) siempre de forma fluida, como si de una coreografía se tratara. La violencia para el director es dura, seca, sin adornos ni florituras. El efecto de dicho procedimiento marca la crudeza y realismo de las imágenes.

Épica. Nuestro héroe no tiene nombre ni pasado. Un hombre sin acción, que está por encima de todos ya que su única certeza es el plan. Sólo basta la organización para cumplir el objetivo. A este hombre se le presenta la última oportunidad de cambio, de transitar un camino que aplazo durante mucho tiempo.

Actor. La carrera de Ricardo Darín cambia con su actuación en NUEVE REINAS. También protagoniza EL AURA, al igual que muchas de las películas importantes del último cine argentino. Incluso, CARANCHO de Pablo Trapero, para muchos el director con mayor influencias del cine de Bielinsky.

Localismo. Puro cine norteamericano. El director argentino bebe de los grandes clásicos tanto es estructura como en la construcción de personajes. Fija un punto de gravedad en los diálogos (la forma de hablar) para darle cierta característica autónoma a la historia.

Género. Lo fantástico fluye en la puesta en escena. Hay algo perturbador que acecha al personaje. Y ese bosque que se presenta como un protagonista más. Contrapeso al realismo contundente en los instantes violentos.

EL AURA es una película compleja, con innumerables detalles que enriquecen su visionado. En ella se palpan influencias cinematográficas que la enriquecen: desde HEAT de Michael Mann, el cine de los 70 con DELIVERANCE, el mismísimo western (patagónico). EL AURA es una película en la que apenas se habla, sino que se apoya en sus imágenes. Porque, por encima de todo, EL AURA habla sobre la mirada, de lo que vemos y lo que se nos oculta. Todo un placer.



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