Todd le regaló una película a Zack, tras el tsunami llamado THE HANGOVER. Regalo por partida doble. Por un lado, le permitió ser epicentro protagónico y, por otro, le hizo compartir esta nueva aventura con el divertidísimo Robert. Todd le regaló un viaje a Zack. Galifianakis, que provenía del mundo televisivo, tuvo su oportunidad de oro y no la desaprovechó. Y Todd se encontró con un éxito comercial sin precedentes en su carrera. Buena parte de la culpa de ello la tuvo la actuación de Zack. Porque Zack representa el mejor cine de Todd. Irreverente, informal, salvaje y gamberro. Algo común en el cine norteamericano con el renacimiento de la comedia en los últimos años. El director ha creado un universo muy particular y lo constata con DUE DATE.
Hay ciertas particularidades que distinguen el cine de Todd Phillips frente a la nueva comedia norteamericana. Una que destaca sobre el resto es la sorpresa. El cierre de cada una de las situaciones presentadas se resuelve con un chiste ó gag, pero de forma imprevisible en ritmo y tono. En el cine de Todd puede pasar cualquier cosa. Pasar del chiste al gag físico, del drama a la carcajada, o viceversa. Y pasa en un instante, sin aviso, así, de repente. Zack representa todo eso.
Un momento de DUE DATE: la actuación dramática de Ethan Tremblay, interpretado por Zack. Esa escena sintetiza el universo de Phillips. La risa transmuta a la lágrima en un instante. La virtud es hacer creíbles a esos personajes en una situación casi surrealista. ¿Cómo? Eligiendo actores no muy conocidos. Hasta hace poco Zack casi lo era. Personajes que están conocen el límite como Juliette Lewis. Y otros que lo traspasaron y, por suerte, volvieron como Robert Downey. Todd hace humanos a todos aquellos que retrata en sus películas.
Otra vez en forma de road-movie, DUE DATE es un viaje por el cuál transitan sus dos protagonistas. Tal y como se define en este subgénero cinematográfico, se trata de un proceso de aprendizaje, en cuanto a vivenciar experiencias, una distancia por recorrer, y cómo enfrentarse a las dificultades que se les presenta. En el mientras tanto, la inmadures, la inseguridad y falta de confianza. Se acentúa, como pasaba en películas anteriores, una reflexión sobre la masculinidad. Dos personajes, a priori, a mil kilómetros de distancia tienen algo en común que los va a unir.
Por último, dos aspectos a pie de página. Uno: no hay mujeres en el cine de Phillips. Las que hay son el ancla al orden establecido. Dos: al igual que en THE HANGOVER, la última película de Todd también apuesta por la institución familiar. Más allá de tanta desvergüenza el destino final es el matrimonio ó, en este caso, el nacimiento de un hijo.
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