BAÑO DE SANGRE
El cine también se embarcó en el afán de recuperar los ochenta. Con todo, incluidas las pirañas. El director francés de ALTA TENSIÓN entró a Hollywood con la misión de recuperar clásicos de serie B. Lo hizo con LAS COLINAS TIENEN OJOS de Wes Craven, y ahora lo ratificó con la saga acuática iniciada por Joe Dante y el mismísimo James “Avatar” Cameron.
Aja acierta. Da en la diana. No sólo en la actualización de la franquicia, el uso discriminado de efectos especiales y la versión 3D. Lo hace de forma apasionada, respetando las directrices que marca el género, y con un objetivo claro: el puro entretenimiento. Para ello, se hace servir de la comedia veraniega teenager, el gore desenfrenado y salvaje, ritmo, diversión gamberra y el homenaje (apariciones estelares de Richard Dreyfuss y Christopher Lloyd) a clásicos contemporáneos.
La piraña fue, es y será la respuesta desvergonzada de TIBURON (1975), obra maestra de Spielberg. Dante dirigía tres años después PIRANHA. Steven Spielberg propuso a finales de los 70 el cine como espectáculo, y los 80 respondieron con todo tipo de productos. Con el tutelaje del mismo Spielberg se estrenaron GREMLINS de Joe Dante y REGRESO AL FUTURO de Robert Zemeckis. Pero toda propuesta tiene su cara B.
Ese lado alternativo dirigió su mirada a productos de bajo presupuesto e izó el género de terror y/ó fantástico como bandera. LA MATANZA DE TEXAS (1974) de Tobe Hooper fue el germen. El mismo Hooper dirigiría tiempo después POLTERGEIST para Amblin. A partir de ahí, diversión asegurada con propuestas de Wes Craven ó John Carpenter. La fórmula funcionó. Generó un público que apostaba por este tipo de películas y que posibilitaron sagas interminables. La revisión de este cine llegó en la última década, esta vez, con una veta puramente comercial. Y se sigue insistiendo.
La versión de PIRANHA de 2010, tiene todo lo que un amante del género quiere y que, por desgracia, no encontraba hace tiempo en el cine (quizás con la excepción de DESTINO FINAL). No escatima en ofrecer una aventura sin parangón, con una apertura a lo grande (Dreyfuss) y un epílogo contundente (Lloyd). En el medio, mucha sangre. Hacía tiempo que se veía tal baño, nunca mejor dicho, de sangre en pantalla. Se nota que Aja también le tiene afecto a BRAINDEAD de Peter Jackson.
En la película de Aja planea esa corrosiva visión crítica de la sociedad que nos rodea, como característica intrínseca al género de terror. Plantea el castigo superlativo de todos esos chicos que contornean sus cuerpos a la orilla del balneario haciendo caso omiso a las advertencias de la autoridad; también a aquellos que promueven el sexo superficial como negocio y a las chicas objeto; incluso a la mamá que descuida a sus hijos por el trabajo. Todos reciben su “merecido” correctivo.
La propuesta de Aja, apunta a secuela, que junto a DEPREDADORES de Nimród Antal con producción del mexicano Robert Rodríguez (otro que encontró la inspiración en los 80, dícese PLANET TERROR), devolvieron la dignidad a un género maltrecho en los últimos tiempos con tanta tecnología. Un grito sacude la platea de los cines: ¡Más sangre y menos juegos del miedo!
Aja acierta. Da en la diana. No sólo en la actualización de la franquicia, el uso discriminado de efectos especiales y la versión 3D. Lo hace de forma apasionada, respetando las directrices que marca el género, y con un objetivo claro: el puro entretenimiento. Para ello, se hace servir de la comedia veraniega teenager, el gore desenfrenado y salvaje, ritmo, diversión gamberra y el homenaje (apariciones estelares de Richard Dreyfuss y Christopher Lloyd) a clásicos contemporáneos.
La piraña fue, es y será la respuesta desvergonzada de TIBURON (1975), obra maestra de Spielberg. Dante dirigía tres años después PIRANHA. Steven Spielberg propuso a finales de los 70 el cine como espectáculo, y los 80 respondieron con todo tipo de productos. Con el tutelaje del mismo Spielberg se estrenaron GREMLINS de Joe Dante y REGRESO AL FUTURO de Robert Zemeckis. Pero toda propuesta tiene su cara B.
Ese lado alternativo dirigió su mirada a productos de bajo presupuesto e izó el género de terror y/ó fantástico como bandera. LA MATANZA DE TEXAS (1974) de Tobe Hooper fue el germen. El mismo Hooper dirigiría tiempo después POLTERGEIST para Amblin. A partir de ahí, diversión asegurada con propuestas de Wes Craven ó John Carpenter. La fórmula funcionó. Generó un público que apostaba por este tipo de películas y que posibilitaron sagas interminables. La revisión de este cine llegó en la última década, esta vez, con una veta puramente comercial. Y se sigue insistiendo.
La versión de PIRANHA de 2010, tiene todo lo que un amante del género quiere y que, por desgracia, no encontraba hace tiempo en el cine (quizás con la excepción de DESTINO FINAL). No escatima en ofrecer una aventura sin parangón, con una apertura a lo grande (Dreyfuss) y un epílogo contundente (Lloyd). En el medio, mucha sangre. Hacía tiempo que se veía tal baño, nunca mejor dicho, de sangre en pantalla. Se nota que Aja también le tiene afecto a BRAINDEAD de Peter Jackson.
En la película de Aja planea esa corrosiva visión crítica de la sociedad que nos rodea, como característica intrínseca al género de terror. Plantea el castigo superlativo de todos esos chicos que contornean sus cuerpos a la orilla del balneario haciendo caso omiso a las advertencias de la autoridad; también a aquellos que promueven el sexo superficial como negocio y a las chicas objeto; incluso a la mamá que descuida a sus hijos por el trabajo. Todos reciben su “merecido” correctivo.
La propuesta de Aja, apunta a secuela, que junto a DEPREDADORES de Nimród Antal con producción del mexicano Robert Rodríguez (otro que encontró la inspiración en los 80, dícese PLANET TERROR), devolvieron la dignidad a un género maltrecho en los últimos tiempos con tanta tecnología. Un grito sacude la platea de los cines: ¡Más sangre y menos juegos del miedo!
1 comentario:
Divertidísima!!! Lo mejor de 3D hasta el momentooooo!!!
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