3 de junio de 2007

La [transgresión] como método


[Transgredir] Quebrantar, violar un precepto, ley o estatuto.

Hay muchas y muchos que viven su autorrealización a través de la transgresión. Ven en la acción de transgredir la forma de crecer como persona. Eso pasa por experimentar, dejarse sorprender y, en cierta medida, mitigar los efectos de prohibiciones y el mantenimiento del orden social a través de lo cultural. En definitiva, otro camino para conocerse uno mejor: "la mente abierta".
Ese mismo comportamiento se reproduce como espectador cinematográfico. Para diferenciarme de los demás, accedo a un producto fuera del alcance de la mayoría. Evito las normas discursivas del denominado cine comercial de masas y descubro otras historias, incluso de lo que no se habla, otro modo de contar las cosas. Hay surge la identidad del cine independiente: la necesidad de ver algo diferente, de transgredir el orden establecido (dícese de la industria y la imposición de géneros).

Así, ese espectador "transgresor" accede a festivales en la marginalidad; está atento a nuevos cines venidos de cualquier parte del mundo inexplorada; espera ansioso la nueva obra del director de culto; quiere que le provoquen nuevas sensaciones. Este tipo de espectador ve en el cine (podría ser en cualquiera de las otras artes) su camino para superar traumas, satisfacer inquietudes y liquidar tabús.

¿Qué hace el cine "independiente"? Le ofrece un rico panorama desde lo ideológico. Se detiene en la realidad y se aleja de efectos especiales, actores de lujo (aunque alguno de ellos se acerque, de vez en cuando, a este tipo de cine para enriquecerse profesionalmente) y presupuestos altisonantes. Otra cosa será que puedan entrar en el circuito comercial (después del éxito en la esfera independiente), se conviertan en un producto identificado y con una marca autoral: por ejemplo, la cinematografía de Quentin Tarantino.

Si la transgresión es el método, la provocación es la técnica. El tipo de espectador seducido por este cine desea que le provoquen, va acorde con sus necesidades intelectuales. Por otro lado, la polémica se alojará en aquellas "mentes cerradas" que no entienden lo que se les intenta transmitir. No se equivoquen, ese hecho hará que se hable de esa película, y que la gente vaya a verla. Todo un ejercicio de marqueting para la producción independiente.

Dos ejemplos muy sintomáticos del estado actual de la transgresión en el cine. Uno, HARD CANDY. Película ganadora en diferentes festivales internacionales, que aborda el tema de la pederastia desde un punto de vista muy particular: la víctima convertida en victimaria (una caperucita roja convertida en lobo feroz). Film violento, como premisa patentada por Tarantino, que juega dónde quiere jugar: en el límite. Primerísimos planos que no dejan ver más allá, sino que la cámara se detiene en mostrar la intensidad de los personajes frente a sus circunstancias. Y una escena planificada, por el director, como transgresora: la castración. Ese momento que provoca y que distorsiona, a la vez, la creación cinematográfica. Generar de forma voluntaria la polémica tiene sus riesgos: lo artificial, lo fríamente calculado.

La Twenty Century Fox no tenía ni idea que una de sus producciones transgredía cualquier de los parámetros de la industria. Dos, LA IDIOCRACIA. En los últimos años, la comedia norteamericana se ha ido renovando con un sentido del humor transgresor, valiente en tocar temas supuestamente delicados desde la parodia. ALGO PASA CON MARY es, sin lugar a dudas, la dinamizadora de este tipo de cine (que, por cierto, últimamente se ha ido diluyendo). Hablamos de un tipo de cine transgresor desde dentro. Claro, que con IDIOCRACY, dirigida por Mike Judge, creador de otros productos transgresores como los conocidos BEAVIS & BUTT-HEAD de la MTV, se superaron los límites para la Fox. Llegando al punto que sólo se estrenó en unos pocos cines de Estados Unidos y, a nivel internacional, fue directamente al formato dvd. Contextualizada en un mundo futuro, nos habla de la idiotización de la sociedad, de un presidente norteamericano negro, de la paupérrima "fast" sanidad, etc.

Y nos encontramos en la crisis generalizada en la creación cinematográfica. El cine tendría que se transgresión por definición. Nada de eso. La polémica a cualquier coste, vanaliza cualquier aporte...y, es posible, que ése sea el principal peligro. Que nada nos afecte. Espero que no sea demasiado tarde.








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