3 de enero de 2011

LA SOLEDAD

THE APARTMENT de Billy Wilder, EEUU, 1960
EL APARTAMENTO (ESP) / PISO DE SOLTERO (ARG)

Llegó un nuevo año y el bueno de C.C. Baxter ya no está solo. Juega a las cartas con Fran que, después de correr de forma interminable por las calles frías de Nueva York, tomó la determinación de abandonar, una vez por todas, a Jeff, el gerente de la gran empresa en la que trabaja como ascensorista. Éstos son los últimos fotogramas de la obra capital de Billy Wilder. EL APARTAMENTO es una comedia agridulce que forma parte de la historia del cine, fundamentada en una actuación memorable de Jack Lemmon, un guión majestuoso del mismísimo Wilder junto a su colaborador Diamond, fotografía en blanco y negro y banda sonora inolvidables.

Ese año que recién comienza es un tiempo de esperanza para los personajes interpretados por Lemmon y Shriley MacLaine, más hermosa que nunca. Un juego, el de cartas, en el que se toman decisiones sin estar pendientes ni depender de otros. Un paso determinante hacia la libertad. Dos personajes que se permiten , a partir de ese momento, enamorarse y vivir juntos toda una vida.

Abandono , pues, cualquier visión pesimista ó, incluso, tremendista de algunos que dibujan a dichos personajes abocados a sucumbir a un destino provisto de inseguridades, desconfianzas, desengaños e infelicidades. Dado el caso, quizás tengamos que detenernos en Jeff, interpretado por Fred MacLaine, el que caiga de forma inexorable en ese pozo llamado soledad. Hombre casado y padre de familia titubea con empleadas subordinadas de la empresa que él dirige en el apartamento cedido, de forma interesada, por Baxter. Si se trata de Baxter y Fran, ellos inician un camino muy lejos del sentirse solos, un camino lleno de nuevas sensaciones que marca el fin de los perdedores.

Billy Wilder nos regala una historia implacable en su construcción e inmutable en su ejecución. Una obra maestra que explica su contemporaneidad. Una película que habla de la soledad, del estar y sentirse solo, nada más y nada menos. Algo tan presente en nuestro días, algo tan presente en nuestros miedos y en nuestra razón de ser. Wilder escribe junto a su colaborador Diamond una película que inicia una década, los 60, en la que la visión de las cosas cambiará, en la que la soledad, por ejemplo, se convertirá en epicentro temático fílmico. De todas formas, no habría que dramatizar, con una sonrisa medio suspiro basta.


3 comentarios:

Anónimo dijo...

De acuerdo a su visión, ese tema llamado soledad está muy presente en los últimos estrenos. Dícese, La red social, el Batman de Nolan ó la mismísima Toy Story 3.

Anónimo dijo...

Todo el cine norteamericano habla de la soledad, todo.

Anónimo dijo...

Un año después, Buñuel también jugaba a cartas en Viridana! Dichosa metáfora!