24 de marzo de 2007

Crónica de una [fuga] de Adrián Caetano, ARG, 2006



Huida apresurada.

Crónica de una fuga es la película que representó a Argentina en la edición número 59 del Festival de Cannes. Sin duda, es una de las mejores películas argentinas de los últimos tiempos...incluso la mejor, compitiendo estrechamente con Nueve Reinas. En principio, la película iba a participar en alguna sección paralela de Cannes pero, finalmente, se incluyo en la sección competitiva.

Adrián Caetano es su director. Realizador uruguayo, argentino de adopción, rodó hace nuevo años Pizza, birra, faso (1997), película que lo posicionó como uno de los directores más interesantes de la nueva camada. Pizza, birra, faso era su primera película. En ella hablaba del presente, de los jóvenes de su generación, sin futuro y sin proyectos.

En Crónica de una fuga , también con títulos alternativos Atila / Buenos Aires 1977, cambia radicalmente de registro. Adrián Caetano se involucra con la historia reciente, con la dictadura militar argentina (1976-1983). Basada en un libro Pase libre, de Claudio Tamburrini, narra la fuga de un exportero de fútbol y un grupo de secuestrados de la Mansión Seré, un centro clandestino de detención. Si en su primera película, se hablaba del del descubrimiento de la realidad/verdad, en ésta se habla de libertad.

Y Adrián con su película nos enseña lo maravilloso del cine. Se parte de una “historia basada en hechos reales”, en 1977, para hacernos disfrutar de la mayor aventura del hombre: la libertad. Crónica de una fuga nos habla de aquello que ya sabemos, lo que la historia nos ha demostrado, y de lo que no sabemos. Espectador se siente privilegiado al visionar esta cinta y vivir la experiencia de unos hombres, su angustia y su paso hacia delante...la única ventana para salir del infierno en el que vivieron durante más de cien días, se llama libertad. Qué maravilla lo que consigue Crónica de una fuga, un acontecimiento cinematográfico que sucede, para nuestra desgracia, cada vez menos en una pantalla de cine.

En la temática cinematográfica el cine de cárceles, y su consecuente huída/fuga, siempre ha tenido un lugar preferencial. Hay un clásico contemporáneo, sin olvidar La gran evasión (John Sturges, USA, 1963), que acaba de cumplir su décimo aniversario: Cadena perpetua (Frank Darabont, USA, 1994). Otro momento más de lo prodigioso del cine. El hombre frente al hombre, la fortaleza para seguir viviendo y la ansias de libertad. Y, sobretodo, ese vínculo que se establece entre iguales (no sé si denominarlo amistad) y los sentimientos de esos personajes frente a esa situación límite, repleta de injusticias.

Ahí se enmarca Crónica de una fuga. Lo extraordinario es cuando se hace vivir a la audiencia de esa experiencia. Para ello, el director se nutre de un plantel de actores impresionante, entre ellos destaca el protagonista: Rodrigo de la Serna (lo vimos de Alberto Granado en Diarios de motocicleta). Para contar este tipo de historias, se necesitan actores...y la película de Caetano, los tiene y muy buenos.

Si Pizza, birra, faso era una película donde los actores eran gente de la calle, y además una producción de bajo presupuesto, Crónica de una fuga viene con aires de superproducción, de la mano de la 20th Century Fox. Si en Pizza, birra, faso la calle era representación máxima de la (cruda) realidad, en Crónica de una fuga es la libertad. Esa película que gana en velocidad a medida que pasa el metraje, en intensidad del primer al último minuto, en hacernos creer ciegamente en el cine...es un valor seguro.

[Crónica de una fuga]

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