26 de marzo de 2007

[Pacto] tenebroso de Douglas Sirk, USA, 1947


Acuerdo entre dos o más personas que obliga a ambas a cumplir una serie de condiciones.

Una vez más, el suspense visto por el señor Sirk. El director alemán se coloca en una encrucijada: entre el cine negro de finales de los 50, dónde el máximo referente en la película es la interpretación fascinante de la actriz Hazel Brooks como "femme fatale" y, al otro lado, el thriller psicológico propuesto por Hitchcock en la mismísima década de los 40 con REBECCA, RECUERDA y SOSPECHA. En esta última, de 1941, Hitchcock presentaba una historia muy cercana a la que propondría Sirk seis años después.

El marido quiere matar a su esposa. Una nada despreciable herencia hace que los acontecimientos se precipiten. La esposa no tiene la más remota idea de las intenciones de su "adorable" esposo. El marido manipula todo lo que puede, ayudado por algún tipo de sustancia que provoca en su mujer terribles consecuencias: volverla rematadamente loca. Sin escrúpulos. Y claro, mientras tanto, hay una amante en la sombra, la que maneja al susodicho marido, la que insiste en quedarse con todo. La que, finalmene, escapa de la tragedia.

El giro argumental se circunscribe en qué momento a alguien se le pone "la mosca detrás de la oreja". Se despierta la duda. La sospecha hitchcokiana. Si no es la esposa, en ese momento del partido totalmente desquiciada, tiene que ser alguien de su entorno y de confianza. Un amigo. Éste adopta, en el tramo final de la película, la figura del detective, ese icono de un cine tan americano como el cine negro.

Con todo el camino de ruta marcado, cómo entretiene ese tipo de cine. Y cómo lo filma un director tan clásico como Douglas Sirk. Con escenas memorables, como en la que el marido, interpretado por Don Ameche, despierta a su esposa, Claudette Colbert, susurrándole al oído que se dirija al balcón...escapando del doctor fantasma. Ella, sonámbula, drogada...camina lentamente, casi se cae, una luz de la noche le ilumina la habitación, una brisa intenta despertarla. No hay forma, la voz de su marido insiste. Ella está en el balcón. Su marido le ordena que se tire, que sortee la barandilla y se lance al vacío. Tan loca, que parecerá un suicido. En ese momento, en que ella ha obedecido...aparecerá, sorpresivamente, el amigo, interpretado por Robert Cummnings. La duda le trajo de vuelta. Esa sospecha salva a sus amiga. Él la despierta. Por qué dormir, mi amor.

El suspense elevado a su máxima potencia. Sirk, discípulo de Hitchcock.

[Sleep, my love]

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