19 de julio de 2007

La [reina] de Stephen Frears, RU-FRA-ITA, 2006

Esposa del rey. Mujer que ejerce la potestad real por derecho propio.

Como la pieza del ajedrez, puede caminar por el tablero como cualquiera de las demás piezas, exceptuando el caballo...ah, pero no le demos mayor importancia, Su Majestad la Reina Elisabeth II tiene más aprecio por los ciervos. La noticia del fallecimiento de Lady Diana en 1997 que conmocionó al pueblo británico ni la inmutó...pero si le importó en el momento en entredicho la su actitud distante frente a la tragedia. Eso si, ni se plantea la idoneidad de una institución, como es la monárquica, anclada en el pasado. Quédense tranquilos. Ya están los políticos. Fue el Primer Ministro Tony Blair, recién llegado al poder, quien intervino para hacerle saber a la reina que tenía que dejar de lado su frialdad, soberbia e indeferencia, y compartir el dolor con su pueblo.

Stephen Frears construye una caricatura del poder. Imitando a cada uno de los personajes que intervienen en la historia (desde el Príncipe de Gales a la mismísima familia Blair), con la espléndida actuación de Helen Mirren como reina, ganadora de varios premios internacionales. Una caricatura de los que están arriba, los que representan a un país, tanto si han sido elegidos democráticamente o no.

De esta forma, la monarquía queda retratada. Ni le interesa el pueblo, ni sus responsabilidades...sino ir de caza, tomar el té y el protocolo. Y que no hablen de ella, que la dejen bien tranquila. Frears lo hace desde dentro, desde lo cotidiano. Concluyendo que el único objetivo de la monarquía es su supervivencia como institución en un mundo "supuestamente" moderno. La muerte de Lady Di fue un terremoto. Y quién lo iba a decir. El salvador de la monarquía fue el laborista Blair (el supuestamente político moderno que llegaba al gobierno británico, después de años y años de conservadurismo). El mismo que, junto a Bush y Aznar, se propusieron "salvar" a Irak con una invasión. Si la monarquía es defensora de sus valores, con los políticos que llegan a gobernar un país no pasa lo mismo. Ahí está la verdadera crítica de la película, centrada en la clase política que elegimos.

Ése si es un retrato demoledor de nuestra sociedad actual, esa crisis ideología de unos políticos, que sean del signo que sean, siempre hacen lo mismo: sucumbir a los tentáculos del poder. Una vez que llegan a gobernar se sienten como reyes.





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